Francisco Quesada, padre de alumnas del CBS nos habla sobre el Nobel de la Paz del PMA
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA o WFP), ha sido galardonado este año con el premio Nobel de la Paz por su lucha para «combatir el hambre» a nivel mundial, en el marco de la cual brindó ayuda a 100 millones de personas en 88 países durante 2019.
Precisamente, el padre de dos alumnas de nuestro colegio es un trabajador del WFP, por lo que tenemos la suerte de contar con un testimonio de primera mano sobre qué ha significado la obtención de este premio Nobel de la Paz. Francisco Quesada Benavente, Director del depósito de respuesta humanitaria (UNHRD por sus siglas en inglés) del World Food Programme en Panamá, nos ha brindado su visión personal sobre la importancia de este premio para ayudar a poner en valor la labor que se realiza desde el World Food Programme y cómo esto favorece el que puedan seguir llevando a cabo su trabajo en plena emergencia sanitaria, pues la relación entre hambre y conflictos y la pandemia de coronavirus ha contribuido a un drástico repunte en el número de víctimas del hambre, en un círculo vicioso difícil de romper.
Francisco nos cuenta que el World Food Programme ha recibido este premio por varias razones. En principio, porque muchas veces el hambre se utiliza como arma de guerra y no puede haber paz cuando hay gente con hambre. En el WFP luchamos contra el hambre, alimentando a 100 millones de personas en todo el mundo, en 85 países. Además, implementamos programas de ayuda a la alimentación escolar a más de 16 millones de niños. Por otro lado, junto con otras agencias de las Naciones Unidas (como la OMS o UNICEF), hemos brindado apoyo en el brote de ébola de 2014, en Guinea, Liberia y Sierra Leona hemos, en el brote de ébola en el este de la República Democrática del Congo, entre 2018 y 2020. Fue en este último brote, donde tuve la oportunidad de trabajar 5 meses como enlace entre el WFP y la OMS, en la provincia de Kivu Norte entre 2018 y 2019.
Otra de las razones por las que el WFP ha recibido este premio, ha sido por los esfuerzos realizados durante esta pandemia. Además de los depósitos ya existentes, que tenemos repartidos por todo el mundo en Malasia, Emiratos Árabes Unidos, Italia, Ghana, y el que dirijo yo aquí en Panamá, que se dedican a distribuir productos no alimentarios, y como durante la pandemia se trataba de distribuir equipos de protección personal, respiradores y medicinas para los sitios más necesitados, se han añadido cuatro depósitos más, uno en Johannesburgo (Sudáfrica), Adís Abeba (Etiopía), Lieja (Bélgica) y Shanghái (China). De esta red mundial de depósitos establecida por el WFP, 3 son depósitos globales (China, Emiratos Árabes Unidos y Bélgica) y, el resto, son depósitos de respuesta regional, como el de Panamá), encargado de distribuir la ayuda en toda América Latina y el Caribe. De esta manera, desde que comenzó la pandemia, llevamos desde el mes de abril, distribuyendo ayuda de la comunidad humanitaria internacional, siendo los socios más importantes UNICEF y la Organización Panamericana de la Salud, además de otros socios como el ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados), a 41 países de la región, en más de 100. Por tanto, como director del UNHRD de Panamá, siento que este premio es también un poco mío, como lo es también de los más de 15.000 trabajadores del WFP.
Este premio tan bonito y abrumador, reconoce al WFP por trabajar en los lugares más difíciles, como Afganistán, Siria, Líbano, Sudán del Sur, República Centroafricana y en contextos muy complicados de enfermedad, guerra, desastres naturales y ahí estamos nosotros. Es una labor dura pero muy satisfactoria.
Por eso este premio es tan emocionante, porque es también un reconocimiento a la incansable labor de miles de trabajadores de nuestra organización que están en el terreno, arriesgando su vida día a día, llegando a más de 100 millones de personas. Y también es un reconocimiento a nuestros socios, sin quienes no podríamos asistir a las personas más vulnerables.
Desde aquí en Panamá, les digo a los niños que el trabajo humanitario es muy satisfactorio y les insto a ser agentes multiplicadores, a que hablen de nuestro trabajo y que den a conocer nuestra labor a sus familias, amigos y conocidos. ¡Es importante reconocer que para alcanzar la paz es necesario derrocar el hambre!
Against all odds. Whatever it takes. Wherever we’re needed.