Cómo educar a las personas que van a cambiar el mundo
Cada nuevo descubrimiento, cada nuevo conocimiento siempre trae consigo, cambios. Unos son llamativos y se implantan a toda velocidad y otros pasan desapercibidos al principio, pero tarde o temprano, todos se terminan adoptando por la sociedad.
En el CBS, The British School of Seville (CBS, Colegio Británico de Sevilla) creemos firmemente que tenemos la urgente tarea de modificar la forma tradicional de enseñar y esto se debe, no solo a las nuevas necesidades de las familias, sino a una sociedad cada vez más dinámica y llena de incertidumbres. Con la ayuda de las familias, tenemos que educar a personas de bien, a través de un modelo educativo que les permita adaptarse personal y profesionalmente a la sociedad que les va a tocar vivir. Personas capaces de adaptarse constantemente a los efectos de la globalización, a los nuevos procesos, técnicas y tecnologías y todo ello, sin perder las ganas constantes de aprender.
La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo. Paulo Freire
¿Y cómo conseguimos mantener las ganas constantes de aprender? Amando lo que hacemos, lo que estudiamos.
Cada día somos más conscientes de que un desarrollo únicamente cognitivo, principalmente centrado en la educación para la competitividad laboral, sin tener en cuenta la significativa importancia del desarrollo emocional, la educación en valores, la creatividad, la educación para SER, acarrea unas consecuencias que, a largo, y no tan largo plazo, resultan nefastas para todos.
Debido a ello, el mundo de la docencia no puede ni debe ser ajeno a esta realidad, ha de asumir su parte de responsabilidad, actuando decididamente dentro de su ámbito de influencia, con la misión de educar de forma personalizada, integral y creativa. Hay cambios necesarios, inevitables, y la escuela, tal como la conocemos, reclama que todos y cada uno de los actores (Maestros, profesores, directivos, padres y madres) que forman parte de la comunidad educativa unan fuerzas, y trabajen colectivamente para alcanzar ese cambio y superar los miedos y las inercias que nos auto imponemos.
Sea cual sea la profesión que vayan a ejercer, ya no se espera únicamente un Curriculum con notas brillantes, sino que éste vaya acompañado de una actitud liderada por la emoción, por la motivación, por el entusiasmo. Está demostrado que el entusiasmo es el motor del aprendizaje. Nada nos detiene cuando estamos entusiasmados por algo. Es increíble la capacidad de trabajo y de superar nuestros propios límites cuando algo nos entusiasma. Es el único recurso que no se agota, se retroalimenta, convirtiéndose en un ciclo sin fin: el entusiasmo genera entusiasmo y, además, es contagioso.
El mérito se compra, la pasión no. Hugh McLeod
Tenemos la difícil misión de educar a niños y niñas que empiezan hoy con nosotros y no terminarán el colegio hasta 2033, por poner un ejemplo. No sabemos exactamente cómo será la vida, ni qué nuevos conocimientos o herramientas tendrán que manejar cuando salgan del colegio, pero lo que sí sabemos y podemos enseñarles durante los próximos 15 años a estos niños es a ser creativos, flexibles, a aprender a trabajar en equipo, a desarrollar un pensamiento crítico, a que estén conectados con sus emociones y sepan manejarlas, a que aprendan y confíen en que pueden construir su proyecto vital sin miedo al futuro. Esto es lo más importante. La mitad de los contenidos que les enseñemos hoy, en 2033 estarán obsoletos.
El objetivo de un colegio no es solamente transferir conocimientos. El futuro de todos está en mano de nuestros hijos y ellos tienen que aprender a aprender.